UN REPASO POR LA TRAYECTORIA DE JUAN CARLOS MINO
En esta nueva columna de tango realizada por Dúo Por La vida, nos hablan de un gran cantor villamariense.
Ya en nuestra segunda columna de este año 2017, hemos conversado, para este encuentro, con el Maestro Juan Carlos Mino. Tanguero de ley, es sin duda, una de las voces masculinas del tango más destacadas y sensible de nuestra ciudad.
Entre charla y charla, Mino nos cuenta que esta embebido en el tango desde muy niño, ya que en su casa de infancia el tango siempre estaba presente. No podía ser de otra manera, tomando en cuenta que su hermano mayor cantaba, (y actualmente con 80 años lo sigue haciendo), y su padre, tocaba el bandoneón. Por tanto, cuando se me ocurrió preguntarle cómo se definiría a sí mismo, el Maestro Mino, no dudó en responder: «Soy simplemente un fanático del Tango«.
Cantor autodidacta y villamariense de nacimiento, con una infancia de pocos recursos pero, y en sus palabras, fue una“linda infancia”; fue bendecido con una madre y un padre que supieron transmitirle de que se trata la vida, la decencia, los valores que hacen a una persona un ser íntegro, de respeto. En ese contexto, el Maestro Mino, definió su formación como cantor, como una formación no académica, pero sí de sentimiento, de pasión.
Ya a sus 14 años supo integrar como cantor el quinteto de su padre, donde aprendió sus primeras herramientas en el escenario, dejando el camino artístico en su primera juventud, para formar la maravillosa familia que hoy tiene. Pero el artista siempre está vivo dentro del ser, y es así que un día se encontró con el Maestro Canova, y desde entonces viene construyendo y transitando un camino como cantor de tango, de no menos de 25 años de trayectoria.
Siendo la idiosincrasia del pueblo argentino no consciente de la importancia del consumo cultural, artístico; siempre fue un objetivo difícil de alcanzar a los actores de las diferentes disciplinas artísticas. Relevaron al artista argentino a un punto donde, si sos un artista que genera millones de pesos, sos exitoso, y si no, sos un vago. Esta situación a la que es aún hoy sometido cualquier artista argentino, y de la cual saldremos victoriosos como Nación, el día que el pueblo tome conciencia de la importancia de consumir su cultura, sus artistas, no impidieron que el Maestro Mino desarrollara su camino, y nosotros como audiencia, de contar con una voz maravillosa, al momento de escuchar la música y la poesía que nos identifica y representa como argentinos en nuestro país, como ante el mundo.
A medida que se desandaba la conversación con el Maestro Mino, donde nos contaba de las innumerables actuaciones que protagonizó, como por ejemplo, las veces que fue con el Maestro Canova y su orquesta a Valparatango, (el prestigioso festival de tango de Chile), en los festivales de tango de verano, organizados por Cultura Villa María, entre tantos; no pude dejar de preguntarle ¿Qué significa el silencio para él? A lo cual el Maestro respondió: “el silencio… es importante el silencio… poder escuchar el silencio es muy importante… es saber expresarse, es saber recibir el cariño de la gente, es saber que cuando estás actuando y hay silencio, la gente te está escuchando…”.
Otra de las reflexiones del Maestro Mino a lo largo del encuentro, fue destacar una frase de uno de los más grandes del deporte automovilístico de nuestra patria, Fangio, quién supo decir alguna vez: «No hay que creerse el mejor, sino hay que hacer lo mejor». A lo cual Mino agrega, “… el mejor ego que cada uno puede tener es la más pura humildad…”.
A la hora de elegir repertorio, de elegir que tango interpretar, no pudo pasar por alto títulos como “Melodía de Arrabal”, “Trasnochando”, “Whisky”, “Antiguo reloj de cobre”, “Los cosos de al lado”, entre otros. Según sus palabras hay que saber elegir bien el repertorio, y tratar de interpretar en su medida, lo que uno siente en cada estrofa, en cada palabra; lo que quiso decir el poeta y el músico.
Desde ya en este maravilloso encuentro, el cual me hubiera gustado que durara horas de charlas, me fue imprescindible preguntarle qué mensaje dejaría a las nuevas generaciones de músicos y cantores… a lo que respondió que sugiere que se dediquen mucho al Tango en especial… el Tango enseña mucho, a compartir, a leer la vida, a dedicarse más a lo nuestro, a nuestro folklore, porque el tango es nuestro folklore también.
Sin duda alguna hemos tenido el privilegio de escribir humildemente unas líneas sobre un artista de ley, un cantor de los que ya casi no hay, un ser con valores, con respeto, con amor ante la vida. Para nosotros será un eterno agradecimiento este encuentro con el Maestro Juan Carlos Mino, a quien admiramos y de quien aprendemos y mucho.
Estimados lectores, con gran entusiasmo nos despedimos hasta la próxima columna y les deseamos una excelente semana.