Reseñamos la canción nueva del cantante y el video producido por Lihuen Peirone. Por Victoria Borghello.

Los compositores suelen poner en canciones esas sensaciones que a la mayoría nos gustaría expresar pero que terminamos dando vuelta y no decimos. Ese es el caso de este single. 

Fingir: «No quiero mentir, ya no voy a fingir», canta Sergio Cuello poniéndole mucho pop a estas palabras.  Este tema formará parte de un trabajo discográfico que se llamará “Otro Lugar” de Sergio y su banda. ¿Qué nos pareció este tema y su video? ¡Superador! Sin dudas, su crecimiento es sostenido desde aquellos primeros temas que escuchamos en el 2017 (En su trabajo previo “Mas allá”).

En Fingir no hay metáforas, la letra de la canción entra de forma directa para que no haya lugar a especulaciones, ¡Hay que hacerse cargo de lo que se siente y sucede! Es toda una declaración de principios: «Te voy a mirar, quiero que aceleres vos también» sigue cantando Cuello mirando directamente al lente de la cámara. 

Melódicamente, la banda suena muy aceitada en la que los sonidos del teclado, de las guitarras eléctricas y los coros se escuchan en una instrumentación muy orgánica. Es decir, se destacan y son protagonistas donde tienen que serlo. 

Otro ítem aparte (o en conjunto) es el maridaje perfecto con las imágenes de Lihuen Peirone. Conocido es el trabajo del realizador local con las bandas y solitas de la escena villamariense (y cordobesa), y que en esta ocasión no defrauda con su cámara para contar esta historia de dos personas queriéndose en un cálido atardecer en un campo cercano a la villa. Logra representar plano tras plano el amor presente en la canción en su estado más sincero de libertad e inocencia. Como si se tratara de un flashback a alguna amistad de fines de los 90 0 2000. El arte, que guiña hacia esa época, es una perlita visual que evoca lo vintage/naif. 

Sin dudas un sonido que debe estar en tu playlist de este verano, es decir, en la Selección Verano 2020 de WAM en Spotify.

Dale play y comentanos qué te pareció!

Nota por Victoria Borghello.