UNA MAREA POR LOS DERECHOS: A 5 AÑOS DEL 1° NI UNA MENOS

Este 3 de Junio hablemos y reflexionemos sobre la violencia machista. Escribe Rocío Vanerio. Ilustra MOD.

Una marea por los derechos

A cinco años del primer NI UNA MENOS, este 3 de Junio hablemos de violencia machista.

Es común decir que todxs quienes nos percibimos mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries, por ese (aparente) simple hecho, sufrimos un gran número de violencias de todo tipo y en casi todos los ámbitos que transitamos. Quien diga que no le sucede está en un lugar de privilegio, y ¡qué suerte!; quien dice que NO PASA está siendo, por lo menos, imprudente.

En Argentina, el 3 de junio de 2015 se configuró una nueva forma de con-vivir la realidad. Desde esa fecha, identidades muy diversas – desde la perspectiva de la transversalidad – comenzamos a reunirnos en plazas y espacios públicos para hablar sobre el desgaste histórico de la opresión sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos, a debatir acerca de la cultura que nos circunda y a pedir por nuestros derechos, todos. Ni una menos se establece como un modo de entendernos y entender el mundo, romper los paradigmas y existir de forma libre ante la violencia machista.

A saber, la primera persona en este tipo de textos a veces confunde, molesta, no se entiende. NOS, sí, en plural. Porque cualquiera de ellxs podría ser yo, entendiendo que sufrimos violencia – a toda edad – por ser mujeres y/o romper con el concepto establecido de géneros y sexualidad. No es una exageración ni un estilo que se elige al azar. Como cuando “sos de un equipo”, pero acá no perdés el partido sino algo un poco más heavy.

Los informes del Observatorio de las violencias de género “Ahora que sí nos ven” indican que en nuestro país ocurre un femicidio por violencia machista cada, aproximadamente, 30 horas. Los asesinatos y casos de violencia no cesan y todxs nos preguntamos ¿es que estamos alimentando al monstruo? ¿las disidencias unidas representamos una amenaza a la masculinidad patriarcal? Porque no solo nos matan. Nos golpean, nos violan, nos cosifican, humillan y desgastan hasta debilitar nuestra personalidad, y cuando dejás de ser vos mismx te convertís en territorio fértil para cualquier invasión: todo lo que un agresor necesita.

En este sentido, cabe cuestionarnos sobre el rol de los varones – cis – y su acompañamiento a la lucha feminista y LGBTI+. No sabemos muy bien si en sus círculos (exclusivos) se cuestiona o debate acerca de conductas dañinas, o bien, si entre ellos reformulan pensamientos de forma conjunta, conformando nuevas masculinidades reales que caminen hacia la deconstrucción. Porque es real que nosotrxs no podemos hacerlo todo.

En suma, Ni una menos nos invita a reflexionar acerca de nuestros derechos.

Mi forma de ser, de pensar, de ver las cosas, sentirlas, hablar; mi forma de vestir, de afrontar situaciones o evadirlas, mis gustos y preferencias, mis amistades y círculos, lo que me sensibiliza, lo que quiero, lo que rechazo, mis hobbies, la hora en que voy y que vengo, el barrio en que vivo, mi trabajo, mis proyectos, los lugares que frecuento, todo lo que amo y todo lo que soy. No es por vos, ni para vos, ni en tu contra. Es mío, soy yo. Todos tus derechos terminan donde empiezan los míos. Mis libertades nunca pidieron tu censura. Mi vida es este espacio de historia que me pertenece y no hay alguien más que pueda decidir bajo pretexto alguno cómo tengo que vivirla, de qué manera, ni aún menos, cuándo termina.

#NIUNAMENOS ¡Vivxs y libres nos queremos!

Nota por Rocío Vanerio

Ilustración por MOD.